Los primeros archivos parroquiales están fechados en 1.670, en estos se utiliza indistintamente como nombre del municipio Vva. De las Torres o Don Diego, probablemente porque el lugar en que se asienta en el s. XVII, era propiedad de D. Diego Torres.
La población se extiende en una cañada próxima a la margen izquierda del río Fardes. La confluencia de ríos y la existencia de manantiales justifica desde eras remotas el asentamiento de distintas civilizaciones en este municipio. Existe un poblado neolítico y restos paleolíticos de gran interés situado bajo el Balneario de Alicún de las Torres, que se encuentra en la finca donde confluyen los ríos Gor y Fardes, entre los 700 y 800 metros de altitud, y cuyas aguas minero-medicinales fueron declaradas de Utilidad Pública por Decreto del 31 de marzo de 1870. Muy cerca se encuentran los yacimientos arqueológicos que en esta localidad se encuentran, entre los cuales destacan los de Haza del Toril, del Neolítico y Edad del Bronce, y los de Baños de Alicún, del Paleolítico Inferior y Mesolítico, donde se han encontrado ocho dólmenes, restos de sílex, puntas de flecha, cuchillos, vasos cerámicos y restos humanos.
De la época de la dominació romana habría que destacar la proximidad a Villanueva de la vía romana Hercúlea, después llamada Augusta.Sin embargo es la cultura musulmana la que más huellas ha dejado, encontrándose referencias de las termas que después serían balneario.
Sufrió el acoso de los caballeros cristianos que acampaban en Cazorla durante la época nazarí, y más tarde entró en una época de decadencia debido a la llegada de los Reyes Católicos y a la posterior expulsión de los moriscos. Como municipio existe desde hace relativamente poco tiempo. Es una localidad de grandes perspectivas sobre todo turísticas debido al propio balneario y a las casas cuevas que no dejan de ser un atractivo para el turismo rural.
Durante el periodo de dominación árabe la zona era cerealística, explotada en régimen de latifundio, lo cual se mantuvo tras la reconquista en 1.489.